Pronunciamiento de las III Jornadas Andino-Mesoamericanas
México
Tenochtitlán, 30 de septiembre de 2011.
SOBRE LO COMÚN
Nos alberga el horizonte del Pachakuti, el horizonte del Sumaj Kausay. Los entramados comunitarios adoptan y adaptan elementos de lo moderno, los pueblos indígenas crean y recrean. Tenemos el desafío de pensar la recomposición y organización pública del nosotros. Lo plurinacional no puede ser un aditamento del estado liberal.
Están
en crisis los modelos universales, desde las experiencias de los pueblos deben
salir nuevas alternativas, formas de organizarnos y gestionar lo común.
Advertimos la crisis de un modelo que en nombre de universales como la
humanidad atentan contra la diversidad y las formas concretas de la vida
humana, animal y vegetal.
Nuevas
y múltiples voces indígenas nos interpelan ante la crisis de las izquierdas y
de los nacionalismos populares. La lógica liberal de lo político no nos basta,
porque desorganiza a la sociedad y concentra el poder.
Los
procesos de autonomía de los pueblos indígenas resquebrajan el modelo
hegemónico del estado nación, lo erosionan. Autoafirmarse en la autonomía nos
coloca en la urgencia de pensar en la reconstrucción múltiple de lo público,
que no puede reducirse a lo estatal. Reivindicamos la práctica organizativa
propia de los pueblos indígenas, las formas de la comunalidad, las experiencias
diversas de organizarse en colectivo, como la Minga en Colombia.
La
vida está en riesgo y en particular los pueblos indígenas están en riesgo. Los
saberes de todos los pueblos son esenciales para la vida. Es necesario superar
una manera de pensar y actuar que está destruyendo el planeta. El llamado de los
pueblos indígenas es a defender la vida para todas y entre todos.
Las
mujeres indígenas y urbanas tenemos que romper la matriz liberal del feminismo
hegemónico, no partir de una concepción individualista de la persona sino
fortalecer nuestra capacidad de autonomía personal en el marco de la
construcción de la autonomía colectiva.
Este
sistema que estamos combatiendo está utilizando a las mujeres como objetivo de
desestructuración y como objetivo de guerra. Es necesario considerar la fuerza
de las mujeres en igualdad a la de los hombres en nuestras luchas.
Los
jóvenes son valiosos e imprescindibles para la transformación social, ellos
deben aportar sus ideas y creatividad, deben tener oportunidad de formarse y
participar, sean hombres y mujeres. ¿Hasta cuándo vamos a ser países de
resistencia?
Los
estudiantes observan con preocupación la crisis de la academia, y cuestionan el
modo paternalista en que trabaja con los pueblos indígenas. Es necesario
preguntarse cómo acompañar y elaborar una reflexión teórica junto con las
comunidades indígenas.
Debe
de existir un diálogo no solo de la palabra, sino del corazón, no solo de la
academia sino también desde los pueblos. No debe quedarse en la teoría. Para
comprender la realidad de los pueblos no vale quedarse en los libros, sino que
hay que ir allá.
Las
voces migrantes nos convocan a experimentar cómo subvertimos las fronteras
legales y culturales, nos apropiamos de las lenguas y creamos posibilidades de
encuentros, de redes y de transformación, de contagio unos con otros.
Celebramos todas las experiencias de comunicación que
dan voz a los movimientos y a los pueblos indígenas. Denunciamos la represión
de la que son objeto los medios alternativos y las radios comunitarias.
CONTRA
LA GUERRA Y
EN DEFENSA DE LA TIERRA
La
tierra y el territorio es el tema principal que preocupa a todos los pueblos
indígenas. Los conflictos socioambientales son cada vez más extendidos en todos
los países. Algunas experiencias muestran que la organización de la gente ha
hecho retroceder a las empresas mineras y del agro negocio. Pero la expoliación
avanza sobre los recursos naturales del territorio. Es imprescindible
articularse en red en toda América, tal como la CONACAMI hace en el Perú.
En
nuestros países hay guerra contra los entramados comunitarios. La violencia y
el desplazamiento de poblaciones forma parte de la estrategia del sistema
capitalista, que adopta la forma de un extractivismo ampliado y depredador
sobre nuestros territorios, practicado tanto por los gobiernos progresistas
como por los reaccionarios.
Enfrentamos
la crucial batalla por recuperar nuestras tierras, lagos y ríos expropiados. Es
la tierra y nuestro acceso a ella la base de la reconstrucción de nuestras
posibilidades de vida.
Enfrentamos
el gran problema del agua, porque peligra la vida en el planeta. Es
imprescindible impulsar un sistema de pensamiento y práctica para que nuestros
recursos hídricos pervivan y sean regenerados con el trabajo colectivo
practicado ancestralmente.
Rechazamos
los proyectos extractivos. Condenamos las políticas que se orientan a la
alteración mercantil de la vida a través de los productos transgénicos.
Exigimos modelos de desarrollo productivos sobre la base del Buen Vivir, en paz
y en armonía con la naturaleza.
Nos
pronunciamos contra la criminalización de las luchas, la persecución de
dirigentes, las amenazas a la población. Exigimos la derogación de las órdenes
de captura contra los integrantes de los movimientos sociales.
Denunciamos las estrategias contrainsurgentes, la militarización y la paramilitarización de nuestros territorios que busca contraponer indios contra indios, e indios contra intereses populares, desviando nuestra atención de los verdaderos enemigos que son los intereses de los estados al servicio del capital.
Denunciamos las estrategias contrainsurgentes, la militarización y la paramilitarización de nuestros territorios que busca contraponer indios contra indios, e indios contra intereses populares, desviando nuestra atención de los verdaderos enemigos que son los intereses de los estados al servicio del capital.
La
inseguridad es un gran negocio. Por ello, celebramos la capacidad de
autogestión de los pueblos en temas de seguridad. Nadie nos va a proteger si no
lo hacemos nosotros mismos.
Denunciamos
la acción paramilitar impune en San Juan Copala, las estrategias
contrainsurgentes que padecen las comunidades zapatistas y los pueblos de todo
México y del continente que luchan por su autonomía. Apoyamos la demanda
de la Las Abejas
interpuesta ante la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos en la que se
denuncia el crimen de lesa humanidad cometido en Acteal, Chiapas, en 1997.
Exigimos el cumplimento de los acuerdos de San Andrés, firmados en 1996 entre
el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el gobierno mexicano.
Proponemos
crear un Tribunal que juzgue todos los casos de impunidad y violación a los
derechos humanos en contra de los pueblos indígenas.
Denunciamos
la política migratoria del gobierno mexicano contra los pobres del mundo que
demuestra estar totalmente subordinada a la de Estados Unidos, con la
consiguiente pérdida de soberanía.
Al gobierno boliviano le pedimos que no traicione las
luchas de los pueblos que perviven, hemos tenido la oportunidad histórica para
cambiar la sociedad, pero no basta con que los indios lleguemos a la Presidencia,
necesitamos un proyecto de vida diferente que respete a los pueblos y
comunidades.
ACORDAMOS
TEJERNOS COMO RED
Nos
comprometemos a articularnos y a llevar a nuestros entornos estas
reflexiones para que no queden en papel, sino que tengan consecuencias
prácticas, cada quien compartiendo en sus espacios y aportando al colectivo lo
que puede ofrecer.
Constituyamos
una red de debate y de acción ante la usurpación de los recursos de los pueblos
indígenas donde todos estemos comunicados y podamos actuar defendiéndonos unos
a otros. Esta red debe estar en muchos idiomas: español, portugués, inglés…
pero también en las lenguas originarias. Si no hablamos nuestras lenguas
castramos nuestra posibilidad de pensar diferente a la lengua dominante.
Somos
nosotros que permitimos que este sistema neoliberal funcione.
Debemos
transformar nuestros hábitos en los espacios urbanos, las acciones de la vida
cotidiana, revisar nuestras formas de consumo. Contra los transgénicos, por la
soberanía alimentaria.
Une
a nuestros corazones la lucha antisistémica. Son diversas las formas
específicas en que luchamos. La red se tiene que hacer en función de este
objetivo mayor aunque el camino cada quien lo ve de diferente manera, algunos a
través de elecciones, otros no, pero podemos caminar juntos contra este sistema
capitalista neoliberal. No podemos pensar en acciones únicas ni un plan, sino
como mujeres y como hombres tenemos que ir trabajando en nuestros territorios y
en nuestras trincheras para desalambrar los corazones, para desalambrarnos
nosotros y ayudar a desalambrarse a los demás.
En
casi todas las mesas se reconocieron las contradicciones internas de los
procesos. No hay ningún pueblo que no tenga contradicciones. Hay que hacer una
pausa para reflexionar sobre los errores y equivocaciones que hemos cometido.
Hemos sido arrogantes, machistas, autoritarios, vanidosos como lo son todos los
otros.
Este
evento y todas las participaciones vinieron a hablarnos con su corazón y todos
vinimos a aprender unos de otros y nos sentimos hermanados con todas las luchas
de nuestra América.
Acogidos
para este encuentro en un espacio público y con apoyo universitario nos
pronunciamos por la defensa a ultranza del derecho a la educación pública y
gratuita y de calidad, en todos sus niveles, para todas y todos en todos los
países.
Nos
manifestamos en contra de las fronteras de los estados, nuestras luchas van más
allá de las demarcaciones territoriales del poder que pretende dividirnos.