Intervención de Slavoj Zizek en Liberty Plaza, Nueva York
En el crack de 2008 se destruyó más propiedad privada, conseguida con gran esfuerzo, que si todos los presentes se pusieran a destruir día y noche durante semanas. Nos dicen que somos soñadores. Los verdaderos soñadores son aquellos que piensan que las cosas seguirán siendo como son indefinidamente. Nosotros no somos soñadores, sino los que estamos despertando de un sueño que se ha convertido en pesadilla. No estamos destruyendo nada, sino siendo testigos de cómo el sistema se destruye a sí mismo.
Todos
hemos visto la clásica escena de los dibujos animados en la que un coche se
acerca a un precipicio y sigue rodando ignorando que está sobre el vacío, y
sólo cae cuando el conductor mira hacia abajo y se da cuenta de ello. Esto es
lo que estamos haciendo aquí. Estamos diciendo a los chicos de Wall Street
“¡eh, mirad abajo!”
En abril de 2011 el
gobierno chino prohibió que apareciesen en TV, películas o novelas todas
aquellas historias que hiciesen referencia a realidades alternativas o viajes
en el tiempo. Esta es una buena señal para China, puesto que significa que la
gente aún sueña con alternativas, así que hay que prohibir este sueño. Aquí no
se piensa prohibir nada de eso, porque el sistema en el poder incluso ha
suprimido nuestra capacidad para soñar. Fijaos en las películas que vemos todo
el tiempo. Es fácil imaginar el fin del mundo, un asteroide que destruya el
planeta y ese tipo de cosas. Pero no se puede imaginar el fin del capitalismo.
Así que, qué es lo que hacemos aquí? Dejadme que os cuente un viejo chiste muy
bueno de los tiempos del comunismo…
Un tipo de Alemania
del Este fue enviado a trabajar en Siberia. Sabía que su correo sería
supervisado por los censores, así que propuso a sus amigos establecer un
código. Si la carta que enviase estaba escrita con tinta azul, entonces lo que
en ella se dijera sería cierto y si estaba escrita con tinta roja sería falso.
Transcurrido un mes sus amigos recibieron su primera carta. Estaba escrita por
entero en azul y decía: todo es maravilloso aquí. Las tiendas están repletas de
buena comida. Los cines pasan buenas películas occidentales. Los apartamentos
son grandes y lujosos. La única cosa que no se puede comprar es tinta roja.
Así es como vivimos.
Tenemos todas las libertades que queremos, pero nos falta tinta roja, el
lenguaje con el que expresar nuestra no-libertad. La manera en que se nos
enseña a hablar acerca de la libertad, la guerra, el terrorismo y demás
falsifica la libertad. Y esto es lo que estáis haciendo aquí: nos estáis dando
tinta roja a todos.
Pero hay un peligro.
No os enamoréis de vosotros mismos. Lo estamos pasando bien aquí, pero
recordad: los carnavales son baratos, lo que importa es el día siguiente.
Cuando volvamos a nuestra vida normal, habrá cambios entonces? No quiero que
alguna vez recordéis estos días como, “oh, éramos jóvenes y fue muy bonito”.
Tened en cuenta cual es nuestro mensaje fundamental: que tenemos derecho a
pensar alternativas. La regla se ha roto. No vivimos en el mejor de los mundos
posibles, pero hay un largo camino por delante. Nos enfrentamos a cuestiones
ciertamente difíciles. Sabemos lo que no queremos, pero, ¿sabemos lo que
queremos? ¿Qué organización social puede reemplazar al capitalismo? ¿Qué nuevo
tipo de líderes queremos?
Recordad: el problema
no es la corrupción o la codicia. El problema es el sistema que os empuja a
rendiros. Estad atentos no sólo a los enemigos, sino a los falsos amigos que ya
están actuando para diluir este proceso. De la misma manera en que os dan café
sin cafeína, cerveza sin alcohol o helado sin nata, tratarán de convertir esto
en una protesta moral inofensiva.
La razón por la que
estamos aquí es que estamos hartos del mundo que recicla latas de Coca-Cola,
del mundo del capuccino Starbucks, del mundo que destina un 1% de la riqueza a
los niños que pasan hambre. Ya no es suficiente para que estemos a gusto,
después de que se hayan subcontratado la guerra y la tortura e incluso después
de que las agencias matrimoniales subcontraten a diario hasta nuestra vida
amorosa.
Podemos ver que durante
un largo tiempo permitimos que nuestro compromiso político también fuera
subcontratado. Lo queremos recuperar. No somos comunistas. Si el comunismo
significa el sistema que colapsó en 1990, recordad que hoy esos comunistas son
los capitalistas más eficientes y desarraigados. En China hoy tenemos un
capitalismo que es aun más dinámico que vuestro capitalismo americano pero que
no necesita democracia. Esto significa que cuando critiquéis el capitalismo, no
os permitáis que os chantajeen con la idea de que estáis en contra de la
democracia. El matrimonio entre la democracia y el capitalismo se ha acabado.
El cambio es posible.
Así que, ¿qué es lo que consideramos posible hoy? Sólo hace falta seguir los
medios. Por un lado, en lo que respecta a tecnología y sexualidad, todo parece
ser posible. Puedes viajar a la luna. Puedes ser inmortal con la ayuda de la
biogenética. Puedes tener relaciones sexuales con animales o lo que sea. Pero
mirad el campo de la sociedad y de la economía. En ambos, casi todo se considera
imposible. Quieres subir un poco los impuestos para los ricos, te dirán que es
imposible, perdemos competitividad. Quieres más dinero para sanidad: te dicen,
imposible; esto significa un estado totalitario. Algo falla en un mundo donde
se te promete la inmortalidad pero en donde no se puede gastar un poco más para
sanidad. Puede que debamos marcar nuestras prioridades directamente aquí. No
queremos niveles de vida más altos. Queremos niveles de vida mejores. El único
sentido en el que somos comunistas radica en que nos importan los bienes
comunes. El bien común de la naturaleza. El bien común de lo que es privatizado
por la ley de propiedad intelectual. El bien común de la biogenética. Por esto
y sólo por esto debemos luchar.
El comunismo fracasó
absolutamente. Pero los problemas de los bienes comunes están aquí. Te están
diciendo que aquí no somos americanos. Pero los fundamentalistas conservadores
que reivindican ser verdaderamente americanos, necesitan que se les recuerde
algo. ¿Qué es el cristianismo? Es el Espíritu Santo. ¿Qué es el espíritu Santo?
Es una comunidad igualitaria de creyentes que están conectados por el amor
mutuo y que sólo tienen su propia libertad y responsabilidad para hacerlo. En
este sentido el Espíritu Santo está aquí ahora. Y allí en Wall Street hay
paganos que están adorando ídolos blasfemos. Así que sólo necesitamos
paciencia. Lo único que me atemoriza es que un día nos vayamos simplemente a
casa y después nos reunamos una vez al año, tomando una cerveza y recordando
nostálgicamente el buen rato que pasamos aquí. Prometámonos que este no será el
caso.
Sabemos que las
personas a menudo desean algo pero no lo quieren realmente. No tengáis miedo a
querer realmente lo que deseáis. ¡Muchas gracias!