Inventar el común
por Judith Revel y Antonio Negri Partimos de una constatación muy simple ya que a veces es más fácil razonar empezando por el final: vivimos en un mundo donde la producción se ha convertido en un acto común. Algunos de nosotros todavía tienen en mente los análisis de Foucault sobre la doble tenaza que la industrialización impuso a los cuerpos y las mentes de los hombres desde finales del siglo XVIII. De una parte la individualización. la separación, la desobjetivación, el adiestramiento de cada individuo, reducido a unidad productiva en forma de monada, sin puertas ni ventanas, totalmente desarticulado y rearticulado en función de las exigencias de rendimiento y maximización de los beneficios; por otra, la construcción en serie de estas monadas productivas, su masificación, su constitución en personas indiferenciadas, su carácter intercambiable, puesto que el gris siempre equivale al gris y un cuerpo amaestrado vale por otro. Individualización, serialización -he aquí la bendit