La izquierda populista crece en Europa, mientras los partidos tradicionales se repliegan
por Pablo Stefanoni Las elecciones para renovar el Parlamento Europeo se desenvolvieron en un ambiente de crisis, desconexión de la "idea de Europa " de los pueblos realmente existentes y de crecientes cuestionamientos a las élites políticas. En ese marco, las extremas derechas lograron mejorar sus resultados y en el caso de Francia, como lo señaló el primer ministro Manuel Valls, provocar un verdadero terremoto político. Marine Le Pen consiguió lo que varios analistas consideran una exitosa "des-demonización" del Frente Nacional, una fuerza xenófoba y fascistoide fundada por su padre en los años setenta. El diario francés Le Monde habló de un eje antieuropeo de derecha París-Londres-Copenhague de acuerdo a la cartografía electoral de ascenso de partidos europeofóbicos y nacionalistas como el Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP) o el Partido Popular Danés. Como se ha visto con el Frente Nacional francés, sus resultados mejoran entre los j