Hace mucho que Charlie Hebdo no nos hacía reír, hoy nos hace llorar
Por Quartiers Libres
(Traducción: Griotte Wuornos)
Son las doce menos cuarto en
este siglo. Estamos en un punto de inflexión histórico de la islamofobia y su
consecuente racismo en Francia y mas ampliamente en Europa. La lectura
extremadamente simplista de los medios de comunicacion en este 7 de enero del 2015
va a resumirse e imprimirse en muchos cerebros como « ataque mortal de unos
musulmanes contra un periódico ‘de izquierdas' ». Esto va a desestabilizar y
poner del revés muchos posicionamientos políticos. El miedo, la rabia, la
tetania, la incomprensión y el pánico moral van a dejar en muchas personas
mucho espacio para que el odio se instale.
Más allá de los parámetros de
oportunidad militar que han podido justificar la elección de este periódico por
este comando, este ataque corresponde a una lógica y a una visión política de
los takfiríes (conocidos en francés como tak-tak): Precipitar el enfrentamiento
y la radicalización de fracciones importantes de la población. Charlie Hebdo
beneficia de un capital simbólico pero importante en la izquierda: Éste todavía
se considera antirracista y encarna la « libertad de expresión » entre muchas
personas. No ha sido atacado ni Le Figaro, ni Le Minute [dos periódicos
abiertamente de derechas, n. de la T]
Los takfiríes saben que si el
dique antirracista de izquierdas salta, entonces es Europa entera la que
bascula en el desencadenamiento de una violencia racista simbólica y física en
la cual los musulmanes son las primeras víctimas. En este escenario los
guerreros tafkiríes que fantasmean con ser defensores del Islam esperan que la
población musulmana entonces violentamente oprimida, irá a buscar protección en
ellos. Un poco como los sionistas siempre dispuestos a instrumentalizar las
olas de antisemitismo para justificar la existencia del Estado de Israel y que
la población judía oprimida se refugie en ellos, pues esto es lo mismo; los
takfiríes necesitan que el Islam esté oprimido para conquistar el corazón de
lxs creyentes.
No seamos hipócritas. Charlie
Hebdo no es un amigo político. Desde hace años, se ha desviado al campo del
pensamiento dominante y participa en el desarrollo de una islamofobia de
izquierdas. En cambio, NADIE puede ni debe alegrarse de la ejecución de estxs
periodistas. Nada puede justificar este acto en el contexto actual de Francia.
Pero este ataque no debe hacer callar tampoco las críticas que se pueden hacer
a Charlie Hebdo y a la prensa en general acerca de su línea de redacción y su
humor islamófobo.
Hoy día, hacer la guerra en el
salón de prensa de Charlie Hebdo es como lo que fue en su día el atentado en la
estación de trenes de Bolonia. Es un acto de terror para desorientar.
A cuenta de este acto,
complotismo e islamofobia van a prosperar. El ataque contra Charlie Hebdo
permite la toma como rehenes de millones de personas de confesión musulmana en
Francia y en Europa.
Los únicos ganadores en este
ataque son los reaccionarios de todo tipo, islamófobos a la cabeza. Y enfrente,
los tafkiríes (que quieren el repliegue de una comunidad musulmana heterogénea)
se frotan las manos. Este ataque, es un candado que sirve para ponernos entre
la espada de los takfiríes y la pared del neo-liberalismo.
Las múltiples sensibilidades
presentes en los barrios van a hacer frente a, encima, tener que elegir entre
el adoctrinamiento en la causa nacional, o la marginalización y la
criminalización.
Todas las condiciones que
puedan permitir la llegada de una catástrofe ya están reunidas, y eso nos da
miedo.
El Partido « Socialista » ha
liquidado durante años a cualquier oposición de izquierdas, y sobre todo
aquella que intentaba construírse desde los barrios populares. Esto ha
contribuído a dejar terreno libre a todo lo peor que se pueda imaginar en
materia de nihilismo. Porque más allá de la línea reaccionaria, lo que marca
este tipo de acción, es el impass político, económico y social en el cual Europa
se encuentra en cada crisis económica. El nihilismo de una parte de los
nuestros prospera sobra la miseria que siembran los gobiernos capitalistas en
Europa.
Lo que ha pasado este 7 de
enero, es la posibilidad (ofrecida por los takfiríes a aquellos que nos
oprimen) de cortar los hilos de la solidaridad y de destruir una comunidad de
destino entre creyentes y no-creyentes. Es la posibilidad de condenar cualquier
cosa en función de su creencia o de sus facciones.
Los rodeos que han servido de
propaganda a los peores reaccionarios, las « llamadas al orden republicano y la
unidad nacional », a la « laicidad », a la « libertad » de expresión, a la
democracia parlamentaria como bastión frente a la « barbarie del enemigo
interior », etc… nos caen encima como una fuerte ola del mar. En este contexto
la cantinela del simplismo en el cual la « izquierda culpable » ha hecho
pruebas con la inmigración y lxs musulmanxs corre el riesgo de bascular en
personas con uso de razón en el campo del odio del ‘otro’.
La población que vive en
Francia se encuentra arrinconada en este contexto de crisis económica entre la
pared neoliberal que sólo le da soluciones a nivel individual, y la espada
reaccionaria que habla de orígenes culturales o biológicos para que las clases
populares compitan. Lo único que tenemos que hacer es conservar la línea que
nos permitirá salir de esta trampa: Esto es, luchar colectivamente por la
justicia económica y social. Si estamos entre la espada y la pared, hay que
parar al herrero. En este período oscuro nos tenemos que inspirar de lo que
pasa en otras partes del mundo como por ejemplo en Kurdistán, arrinconado entre
el imperialismo occidental y los reaccionarios del Estado Islámico. Aquí como
allá, tenemos la posibilidad de crear condiciones para nuestra liberación.