Señor Presidente, usted no es feminista

por María Galindo


Como en el caso del alcohólico, debo decirle señor Presidente que solamente quien tiene la madurez de reconocer su problema  tiene las posibilidades de resolverlo. El acto de declararse feminista, por su parte, más que ser un acto cínico, es un acto de negación neurótica ante una gran evidencia: usted es un machista. Las primeras víctimas de su machismo han sido sus hijos, que fueron abandonados  antes de nacer y es ese sentimiento de culpa el que usted desesperadamente, sin éxito, trata de tapar negando su responsabilidad. La gran mayoría de hombres en Bolivia actúan así y vuelcan por sus propios problemas sin revolver  todo su resentimiento contra las mujeres, burlándose de ellas.

Aunque como hombre indígena que ha sufrido tanta humillación directa e indirectamente condena toda broma racista -porque no se trata de una broma, sino de un acto inaceptable-, en el caso del machismo dice que tenemos que tragarnos sus burlas de forma continua. Quiere  que dejemos las bromas de lado porque son sonseras, aunque no lo son, las voy a dejar de lado para mostrarle que su gobierno es machista y patriarcal.

Usted acepta tanto dentro del gabinete como en la representación parlamentaria únicamente mujeres dóciles, funcionales y complacientes. Para usted es un relleno sin importancia, al punto que nombró a una ministra de Trabajo por haber sido la amante del exministro; no le importaba que ella no estaba preparada para el cargo... Parece que en el caso de una ministra mientras más inepta, mejor. Hay muchas mujeres capaces en el país, pero usted prefiere la mediocridad y la docilidad antes que la dignidad y la capacidad. No comparto las posiciones políticas de Rebeca Delgado, pero lo que se ha ejercido contra ella es ensañamiento  para que ninguna mujer más de su entorno se atreva a criticarle a usted ni a querer ser sí misma. Como usted elige mujeres funcionales, ellas gobiernan para usted, para su machismo y no para las mujeres. Por eso no ha salido ni una sola política dirigida hacia las mujeres desde su gobierno, porque las ministras ni tienen real capacidad ejecutiva ni pueden hacerlo. No es el caso de los ministros que sí gobiernan. Si las mujeres de su entorno se dedican a pelear entre ellas es porque usted actúa como un gallo en el gallinero, pelean entre ellas por su legitimación, por su atención, por su aprobación. Seguramente, esto además de patético es insoportable. 

La ley que garantiza a las mujeres una vida sin violencia, de la que tanto se jacta usted para tapar su machismo,  es una ley que está mal hecha y que le da mucho poder a una Policía corrupta, machista e incompetente. Se la ha aprobado a la rápida para tapar el asesinato de la periodista Huaycho y el encubrimiento de la huida del asesino porque es policía.

No se ha invertido el dinero necesario para su implementación y por eso no es más que letra muerta. Seguimos recogiendo muertas asesinadas por sus parejas y mientras más pobre es la muerta, menos esperanza de justicia puede tener la familia. En su gobierno se han tapado graves casos de asesinato y violación cuando se ha tratado de hombres de poder: me refiero a la violación y asesinato de una joven premilitar en Achacachi, al caso de la enfermera asesinada en el cuartel de Miraflores y la mujer indígena violada en la Asamblea Legislativa de Sucre ha perdido hasta su trabajo, su vida, su casa, todo por esa violación y usted ha premiado a uno de los cómplices con la reelección para gobernador. Todo eso lamentablemente no es broma, señor Presidente.

Se ha negado usted a despenalizar el aborto, aunque la lucha por su despenalización es una de las luchas centrales del feminismo a nivel mundial. En Bolivia, miles de mujeres de la edad de su hija mueren por abortos mal practicados gracias a gobiernos hipócritas como el suyo, que prefieren obedecer a la Iglesia y no cuidar la vida de las mujeres jóvenes.

La educación sexual y el conocimiento de nuestros cuerpos es algo fundamental que en su gobierno no se hace tampoco y que beneficiaría en la prevención de la violencia sexual. La cosificación de las mujeres bolivianas a través de la alianza de su gobierno con una empresa proxeneta, como la de Gloria Limpias, es inaceptable. Los  dos curules de las modelos y la designación de Jessica Jordan en Nueva York  es el uso del Estado para regodeo machista de sus funcionarios.   

Las mujeres bolivianas están sobreendeudadas con hasta cinco deudas en bancos usureros, el defensor del deudor que figura en la ley de bancos no existe. Nosotras fuimos quienes tomamos la Superintendencia de Bancos cuando usted era diputado; hoy el problema es el mismo. Central de riesgos arbitraria, usura y no aplicación del seguro.

Su gobierno me ha plagiado la propuesta de despatriarcalización, pero le han quitado el contenido. Solo querían pisotearme como se hizo en el matrimonio indígena, de donde la Policía me sacó golpeándome y casi desnudándome a jalones. En eso tampoco he tenido justicia, he pasado de acusadora a acusada.

Para terminar, aunque me ha faltado espacio, le digo que estoy fuera del cuadrilátero gobierno - oposición, no pertenezco a ningún partido político ni quiero cargo alguno porque la política tradicional no transforma la realidad. Si la derecha existe es porque usted no se ha atrevido revocar la ley de partidos de Sánchez de Lozada. Usted necesita a la derecha para justificarse.

Feminismo quiere decir revolución, en la casa, en la cama y en el país; y si realmente le interesa, le propongo una audiencia para exponérselo en detalle.  Soberanía en mi país y en mi cuerpo.

(Fuente: http://www.paginasiete.bo)