Marcas internacionales y ropa de colegios privados se confeccionaban en el taller incendiado de Flores
por Telam
Así lo confirmó el inspector de Trabajo del gobierno porteño Edgardo
Castro. Se trata incluso de marcas de nivel internacional, como Pierre Cardin,
y uniformes de escuelas privadas como el Santa Brígida, de Caballito.
Prendas de primeras marcas, incluso de nivel internacional, como Pierre
Cardin, y uniformes de escuelas privadas, como el del Colegio Santa Brígida,
del barrio porteño de Caballito, se confeccionaban en el taller textil
clandestino de Flores, incendiado en dos ocasiones, en la primera de las cuales
murieron dos niños.
Así lo confirmó a Télam el inspector de Trabajo del
gobierno porteño Edgardo Castro, quien aseguró que, por lo que pudo constatar
en persona, y a partir de los testimonios de vecinos, “el segundo fue
intencional, como el de Iron Mountain”.
Castro denunció en 2008 a la empresa Iron Mountain
por irregularidades edilicias y de seguridad, y recomendó su clausura, pero
nunca fue atendido por las autoridades del gobierno de Mauricio Macri.
En febrero último, el galpón de Barracas denunciado
por Castro, se incendió, provocando la muerte de 10 bomberos, y el origen del
siniestro fue declarado intencional por la Policía Federal.
El inspector porteño precisó que “en el segundo
incendio los autores ingresaron por el costado, que es una propiedad de los
mismos dueños del taller textil, lo que confirma la intencionalidad del hecho”.
“Hubo varios embates de esta mafia, los días
posteriores al primer incendio y previos al segundo, en los que intentaron
ingresar al taller y sacar objetos, con el propósito de eliminar pruebas”,
aseguró Castro.
Indicó que “los efectivos de la Policía Federal que
estaban a cargo de la custodia del lugar, tras el primer incendio, tuvieron que
pedir refuerzos para evitar que se eliminen pruebas”, y remarcó que “como no
pudieron, provocaron el incendio”.
Remarco que “estos incendios en Flores desnudaron
la batalla interna que existe entre funcionarios del gobierno porteño, por el
control de la actividad de los talleres clandestinos, no para regularizarlos
sino para permitir que sigan funcionando”.
Fuentes cercanas a la administración macrista
reconocieron a esta agencia que tras el incendio de Iron Mountain, se desató
una interna que existe entre el director de la Agencia Gubernamental de Control
(AGC), Juan José Gómez Centurión, y el subsecretario de Trabajo, Ezequiel
Sabor.
Esta puja responde a que hace rato que el jefe de
Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, quiere unificar las áreas de habilitación
y control del trabajo, lo cual es ilegal e inconstitucional.
Gómez Centurión es quien encabeza hoy la cruzada
por centralizar todo, pero que encuentra la resistencia del director general de
Protección del Trabajo del gobierno porteño, Fernando Macchi, señalado por
estas mismas fuentes por su connivencia con la red de talleres clandestinos,
aglutinados bajo la firma Compañía Argentina de la Vestimenta.
De hecho, un expediente, donde se denuncia el
accionar de esta empresa, sindicada por varios como la pantalla tras la cual
funciona la llamada mafia de los talleres clandestinos, cayó en manos de la
gerente operativa de Infracciones a la Normativa Laboral del gobierno porteño,
Karina Lilian Molinuevo Ortega, quien por orden de Macchi frenó su ejecución.
Macchi tiene como jefe a Sabor, cuyo jefe, es su
vez, el ministro de Desarrollo Económico, Francisco Cabrera, un ex ejecutivo
del HSBC Argentina, banco con archivos depositados en Barracas, perdidos
durante el incendio de Iron Mountain, en cajas que llevaban denominaciones como
"lavado de dinero".