La privatización de las costas que se viene
por Mariano
Abrach
El
Nuevo Código Civil y Comercial reduce de 35 a 15 los metros que deben dejar
libres los propietarios de tierras lindantes a los ríos y les suprime su
característica de camino público, permitiendo privatizar los corredores en
beneficio de los negocios inmobiliarios.
El 1
de agosto de 2015 entra en vigencia el Nuevo Código Civil y Comercial de la
Nación, que fuera promulgado en octubre de 2014. Este nuevo cuerpo legal, cuya
implementación se adelantó del 1° de enero del 2016 a esta fecha próxima,
traerá varios cambios con consecuencias importantes para la cotidianidad de la
vida en Argentina. Entre estas modificaciones, las más comentadas tienen que
ver con la familia, en referencia a cuestiones como el matrimonio, divorcio,
adopción, fertilización asistida, entre otros. Sin embargo, se producirán otras
reformas con efectos relevantes e inmediatos que no son tan mentados.
Uno de
esos cambios, es la profunda alteración respecto a la propiedad de los terrenos
colindantes con ríos. Este cambio ni siquiera es mencionado en el cuadro
explicativo de las modificaciones relevantes del nuevo Código, realizada por la Dirección Nacional del Sistema Argentino de
Información Jurídica del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación.
El
abogado ambientalista Enrique Viale sí destaca la importancia de esta reforma,
explicando en declaraciones a La Brújula de la Mañana, que el artículo 1974 del
código en vigencia desde agosto de 2015 no sólo reduce de 35 metros a 15 metros
la restricción a la propiedad del terreno en la costa de los ríos, sino que le
suprime la característica de “calle o camino público” que gozaba en la
redacción del artículo 2639 del Código Civil anterior.
La
redacción literal del código que queda en desuso era: “Los propietarios
limítrofes con los ríos o con canales que sirven a la comunicación por agua,
están obligados a dejar una calle o camino público de treinta y cinco metros
hasta la orilla del río, o del canal, sin ninguna indemnización. Los
propietarios ribereños no pueden hacer en ese espacio ninguna construcción, ni
reparar las antiguas que existen, ni deteriorar el terreno en manera alguna”.
En el
nuevo código, en cambio, se lee lo siguiente: “Camino de sirga. El dueño de un
inmueble colindante con cualquiera de las orillas de los cauces o sus riberas,
aptos para el transporte por agua, debe dejar libre una franja de terreno de
quince metros de ancho en toda la extensión del curso, en la que no puede hacer
ningún acto que menoscabe aquella actividad. Todo perjudicado puede pedir que
se remuevan los efectos de los actos violatorios de este artículo”.
Lo que esconde un
artículo
En
base al análisis del abogado especialista en el tema, se trata de la mayor
privatización de tierras de la historia argentina desde la “Conquista del
Desierto”. En concreto, según sus cálculos se trata de una superficie de más de
200 mil hectáreas contabilizando todos los ríos del país, lo cual puede
equipararse a 10 veces la superficie de la Ciudad de Buenos Aires.
“De un plumazo, el acceso público desaparece”, afirmó.
Esta
modificación afectará a muchas ciudades del país, grandes y pequeñas, que
tienen como característica un río. Según lo anticipa Viale, “ahora se abre un
negocio impresionante, no solo de esos 20 metros donde van a poder construir…
porque además tienen un gran valor por ser grandes corredores biológicos,
lugares con mucha vida, en los que va a tener un impacto ambiental enorme la
construcción”. Esto se suma a la profundización de un proceso de privatización
de la naturaleza, que comúnmente se ve en la Patagonia pero afecta a diferentes territorios del país.
Las
causas para esta profunda reforma, y para el silencio respecto al tema, Enrique
Viale las encuentra en intereses económicos, señalándolo como “un negocio de
miles de millones de dólares”.
“Detrás
de esto hay grandes intereses inmobiliarios que son muy poderosos, que muchas
veces desconocemos y no le damos la importancia que tienen. Nosotros hemos
hecho un esfuerzo muy grande, y hace mucho tiempo que venimos haciéndolo, para
difundir esto… Incluso en las audiencias públicas que se hicieron hace varios
años sobre el código civil lo alertamos. Hay dos proyectos de ley, uno del
senador Pino Solanas y otro de Magdalena Odarda para modificar esta situación,
pero esta fuera de la agenda mediática y política, lamentablemente”, detalló el
especialista.
Una herramienta de lucha
que se pierde
Además
de las tierras que podrán perderse, el abogado señala la importancia que tenía
el artículo 2639, del ya antiguo Código Civil, para la lucha ciudadana y de las
organizaciones sociales y ambientales, de garantizar el acceso público a los
ríos y mantener los beneficios del medioambiente y la biodiversidad de los
corredores lindantes a estas aguas. La supresión del carácter de calle o camino
público en la redacción del nuevo código les quita la herramienta de lucha para
enfrentar la práctica privatizadora.
“Ese
artículo era muy usado por las organizaciones sociales y ambientales para
lograr el acceso público a los ríos, con mucha dificultad pero era una
herramienta muy poderosa que permitía eso y ahora lamentablemente se
termina, el 1° de agosto cuando entre a regir el nuevo Código”, explicó Enrique
Viale.
Este
cambio de situación se da en un marco que el especialista define como de mayor
conflictividad debido a la consolidación del proceso de neoextractivismo: “los
conflictos son cada vez mayores porque el modelo extractivista necesita
apropiarse de territorios y desplazar poblaciones y eso genera
conflictividad social. Es lo que pasa cuando se quiere instalar una minera, o
con el agronegocio, que avanza sobre pueblos indígenas, campesinos y bosques
nativos”.
A esto
le suma que, de cara a las inminentes elecciones presidenciales, no ve que
puedan darse modificaciones respecto a estas prácticas, sea cual sea el
resultado: “no vemos ninguna diferencia en los dos modelos que claramente
tienen más posibilidades. Entre Scioli y Macri no hay grandes diferencias en
ese sentido, ambos creen en las figuras extremas del extractivismo, la
megaminería, el agronegocio, el fracking… todos tienen ahí puestas sus fichas,
así que lo vemos con muchísima dificultad… y después también hay una gran
dificultad en la izquierda y la centro izquierda de poder dar el debate sobre
modelos alternativos, que se están discutiendo en otros lugares de América
Latina pero en Argentina lamentablemente no ingresan esos debates”.
Dado
el panorama definido por Enrique Viale, a futuro se puede anticipar un
escenario con mayor conflictividad en torno a este tema, pero con menos
herramientas para las organizaciones sociales y las luchas ciudadanas.
(Fuente:
http://brujulacomunicacion.com/)