Entrevista con el embajador palestino en Buenos Aires // Mariano Pacheco
“Como todo pueblo
digno, el pueblo palestino resiste”
Martes
2 de febrero. En horas de la siesta, Husni Abdel Wahed recibe en la Embajada del Estado
Palestino en Argentina a una delegación de periodistas integrada por el
director del periódico Resumen Latinoamericano, Carlos Aznárez, el corresponsal
de Hispan TV en el país, Sebastián Salgado, y el Pro Secretario de Cultura del
Círculo Sindical de la Prensa
y la Comunicación
de Córdoba (Cispren), Mariano Pacheco, quienes entregaron una carpeta con
cientos de firmas de personalidades de todo el mundo, en solidaridad con
Muhammad Al-Qiq, el periodista palestino que se encuentra detenido y realizando
huelga de hambre desde hace 70 días.
El
embajador palestino en Buenos Aires, tras la reunión, conversa con este cronista. Destaca la importancia de la
solidaridad internacional, y más específicamente, por la iniciativa
desarrollada por Carlos Aznárez, con quien el propio embajador se solidarizó
hace semanas, a través de una carta pública, en donde enfatizaba que la demanda
judicial presentada por la Delegación
de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) contra el periodista argentino,
atentaba contra la libertad de expresión y contra todos aquellos que “hacen de
la solidaridad una forma de vida de existencia y de resistencia”.
--¿Qué valoración
tiene de esta iniciativa embajador?
--América
Latina en general, y el pueblo argentino en particular, han sido un continente
y un país solidario, siempre, no solo con la lucha del pueblo palestino, sino
con la de todos los pueblos. Así que no esperamos menos. En cuento a la lucha
de nuestro pueblo, una parte importante es la lucha por la libertad de los
prisioneros políticos. Hoy, lamentablemente, Al-Qiq es la noticia. Ha sido
encarcelado de una forma antojadiza por parte de las fuerzas de ocupación
israelí, sin cargo alguno.
Periodista
de 33 años que venía trabajando para el canal “Al Majd”, Al-Qiq fue
arrancado de su casa de Ramallah hace tres meses y, como otros 4.500 palestinos
(hombres y mujeres), confinado en una de esas cárceles que se parecen más a una
tumba que a una prisión. La “detención administrativa” que se encuentra
cumpliendo no es más que un secuestro realizado por el Estado Israelí, bajo la
figura que les permite, con el silencio de gran parte de la comunidad
internacional, tener prisioneros ya no solo a los activistas y militantes de la
causa palestina, sino a todos aquellos que considere “sospechosos”, así sea
porque tan solo informan sobre lo que ven y escuchan en los territorios
ocupados. Todo sin presentar cargos. Sin siquiera iniciar un proceso judicial.
Continúa
Husni Abdel Wahed:
--Muhammad
Al-Qiq se encuentra al borde de la muerte, de allí la importancia de estos
actos de solidaridad, porque no solo lo alientan a él, sino también a nuestro
pueblo, para seguir con la lucha por la libertad, la justicia y la paz.
--Por último quería
preguntarle cómo está caracterizando este momento de la histórica lucha del
pueblo palestino.
--Bueno,
éste es un conflicto que se ha extendido por décadas y no se vislumbra,
lamentablemente, una solución pronta. En los últimos años ha llegado al poder
en Israel el fundamentalismo más extremista y está gobernando una coalición de
extrema derecha. Podría decir “fascista”, que ha incrementado las políticas
represivas contra el pueblo palestino. Lo mismo que la confiscación de tierras
y la construcción de asentamientos en pleno territorio ocupado palestino y el
traslado de la población del Estado ocupante al territorio ocupado, en clara
violación al derecho internacional humanitario, además de las convenciones de
Ginebra. El pueblo palestino, como todo pueblo digno, resiste, y va a seguir
resistiendo a la ocupación, defiende su dignidad y, me atrevo a decir, defiende
la dignidad de la humanidad entera. Lamentablemente, las expectativas de paz
son cada día menores, producto de las políticas israelíes, con el
consentimiento de Estado Unidos y sus aliados occidentales. Pero nuestro
pueblo, como todo pueblo digno, está dispuesto a seguir con la lucha, sin
resentimiento y sin resignación, está dispuesto a una solución pacífica,
siempre que respete sus derechos, y el establecimiento de un Estado
independiente y soberano, que conviva pacíficamente con los otros estados de la
región, incluido el Estado de Israel. Si Israel se rehúsa a poner fin a la
ocupación, esto prolonga el sufrimiento de nuestro pueblo, pero no pone fin a
la lucha del pueblo palestino por su libertad.